Américo Tesorieri
Por su audacia y su talento, Américo Tesorieri quedará por siempre en el podio de los grandes jugadores del futbol argentino. El arquero invencible y hombre récord, estuvo invicto durante dos Campeonatos Sudamericanos cuidando el arco de la Selección Argentina.
Nació el 18 de marzo de 1899 en La Boca, barrio que luego lo adoptaría como ídolo. En La Ribera se sentía tan cómodo como debajo de los tres palos.
Debutó a los 17 años (1916) y con un paréntesis (1921, temporada que defendió el arco de Sportivo Norte) atajó en Boca Juniors hasta 1927. En 11 temporadas cosechó 5 títulos. Enancado en sus casi mágicas condiciones, no demoró en convertirse referente de la institución. Los seguidores del equipo azul y amarillo le dedicaban un cántico que luego se popularizó con el tiempo: «Tenemos un arquero que es una maravilla, ataja los penales sentado en una silla».
La gloria máxima para este espectacular arquero llegó en 1925, cuando Boca realizó una exitosa gira por Europa, que fue la primera experiencia de un club argentino en el «Viejo Continente». Ese equipo fue dirigido por el capitán Elli y por Tesorieri, que también ocupó la valla. El desempeño fue brillante y el reconocimiento popular, masivo. La delegación estuvo poco menos de un mes en Europa con un plantel compuesto por 12 jugadores de la institución y 5 refuerzos de otros clubes (Manuel Seoane, Cesáreo Onzari, Octavio Díaz, Roberto Cochrane y Luis Vaccaro).
Ni Tesorieri ni Tesoriero, como alguna vez lo rebautizaron, era su verdadero apellido real: se llamaba Tesoriere. Pero la dificultad para pronunciarlo hicieron que con el correr del tiempo se transformara en «Mérico» Tesorieri. A los 29 años decidió que era tiempo de despedirse y dejó los tres palos del equipo de La Ribera.
Sus laureles excedieron con largueza los obtenidos con la camiseta de Boca. Representó de manera impecable a la Selección Argentina en múltiples oportunidades. Mantuvo invicta su valla en los campeonatos Sudamericanos de 1921 y 1924; portó la cinta de capitán en 29 ocasiones. Y en 1924 vivió un curioso y gratificante hecho en tierras uruguayas: los jugadores charrúas lo llevaron en andas y hasta el palco donde se encontraba el Presidente de la Nación D. José Serrato: y sin ninguna duda, sentenciaron: «Señor este hombre nos impidió la victoria ante la Selección Argentina». Una muestra de respeto y reconocimiento a la excelente e impenetrable labor del portero de la Boca, con escasos o ningún antecedente en el mundo entero.
No fue el único lauro distintivo: fue el primer deportista en ilustrar la tapa de la legendaria revista «EL Gráfico». Falleció el 30 de diciembre de 1977. Pero sus atajadas, sus años de gloria y su incomparable talento dejaron su marca bajo los tres palos de la Selección Nacional y de su club Boca Juniors. Una huella indeleble que los años nunca lograrán borrar.
Su carrera:
Boca Juniors (1916-1920 y 1922-1927)
Sportivo del Norte (1921)
Titulos:<
Boca Juniors: Campeón Nacional 1919, 1920, 1923, 1924 y 1926